Así no se puede gobernar el fútbol uruguayo

Que difícil es gobernar el fútbol uruguayo… No hay fecha donde no se generen discrepancias y se reclame. Cuando no son los jueces son las canchas. Pero siempre habrá un reclamo.

Y la última fecha arrancó plagada de problemas. Primero el tema de la fijación de la cancha de Belvedere para el partido del descenso entre Liverpool y Cerro. Hasta los neutrales formaron parte bajando el mensaje que el elenco de Belvedere debía ser autorizado a jugar en su escenario. Y así ocurrió. La policía dispuso que se otorguen 800 entradas para la hinchada de Cerro y se dispondrá un pulmón para separar a las parcialidades además de inhabilitar el talud de lo que sería la Ámsterdam.

Pero el tema fue cuando Nacional se enteró que jugaría el sábado y River al día siguiente con los resultados a la vista. Presionó para jugar el mismo día y a la misma hora por entender de que ambos equipos pelean por un lugar en la Libertadores.

Logró su cometido. Le fijaron el domingo de mañana en el Centenario, a la hora 10.

River salió a responder: “lo lamentable de este fútbol es que unos tenemos que decir amán a todo y parecemos los goles y eso molesta”, dijo su gerente deportivo Leonardo Rumbo en Tirando Paredes.

Pero dejaron de lado a uno de los protagonistas, nada más ni nada menos que al que es local: Fénix. El club de Capurro tiró la bronca porque no quiere jugar en el Centenario debido a que pierde dinero debido a que la cantidad de entradas que se venden no da para cubrir los costos.

En consecuencia, los presididos por Álvaro Chijane quieren un seguro, como ya ocurrió con Peñarol, para ir al Centenario.

Bajo estas perspectivas la gobernabilidad resulta compleja ya que no se puede conformar a 16 voluntades. Pero pese a ello hay dirigentes que luchan por elevar a 20 el número de clubes en Primera.