Así fue la espectacular victoria de Cuevas ante Wawrinka

Pablo Cuevas logró la victoria más importante de su carrera este jueves al ganarle a Stanislas Wawrinka, Numero 3 del mundo, por 6-4, 6-4 por los octavos de final del Masters 1000 de Monte Carlo. El uruguayo tenía una victoria ante Rafael Nadal, en las semifinales de Río 2016, aunque en ese momento Nadal no estaba entre los cinco mejores.

Con la victoria, el uruguayo clasificó a cuartos de final, donde enfrentará este viernes al francés Lucas Pouille, 17 ATP y 11º favorito, que venció este jueves a su compatriota Adrian Mannarino por 3-0 y abandono. El cuadro del uruguayo se abrió considerablemente, ya que han quedado por el camino Jo Wilfried Tsonga (7), que perdió ante Mannarino, y Andy Murray (1), que este jueves perdió ante el español Albert Ramos Viñolas, que jugará ante Marin Cilic (5), el jugador de más alto ranking que queda en la parte alta del cuadro. Tanto Rafael Nadal (4) como Novak Djokovic (2) van del lado bajo del cuadro, y solo podrían cruzarse con Cuevas en una eventual final.

La mejor raqueta uruguaya hizo un partido casi perfecto. Tuvo cifras espectaculares con su servicio (83% de puntos ganados con su primer y segundo servicio, y no dio ni una chance de break), muestra de cómo dominó el partido: con un saque confiable, no necesitó de aces (1 en todo el encuentro) para llevar la batuta del juego, sino que alternó efectos y ángulos para que el suizo nunca tuviera la iniciativa.

Y eso era un factor clave en el juego, ante un rival que apuesta a ser protagonista (y generalmente lo logra) ante cualquiera, incluso Djokovic, Nadal o Federer. Así, el uruguayo le ganó el duelo del protagonismo, en base a una muñeca intratable este jueves.

Es que tanto con el servicio como con la devolución, Cuevas tuvo alternativas. Apostó a jugar bien profundo con la derecha, pero también alternar ángulos con un revés cruzado que fue incisivo y potente, como pocas veces. Y cuando subió a la red lo hizo con criterio y buenas decisiones. El combo perfecto para controlar el partido.

Muestra de todo eso es que tuvo muchas opciones de quiebre a lo largo del partido, y aunque solo pudo aprovechar dos de ocho, siempre hizo jugar incómodo a Wawrinka, que mostraba destellos de su talento pero rápidamente se frustraba porque del otro lado de la red había un jugador que no cometía errores.

El suizo se mantenía en partido con primeros saques, lo que lo hizo sacar varios games complicados y mantener la incertidumbre en un partido en el que Cuevas era claramente más (ganó 71 puntos totales contra 52 del suizo). Además, el salteño tuvo una gran movilidad –algo que viene mostrando desde hace varios partidos-, algo clave para impactar bien a la pelota y tener más opciones sobre todo en el juego defensivo.

Incluso, Cuevas tuvo concentración para cerrar el partido, a pesar de sumar su única doble falta en el primer punto del último game. Se tomó tiempo para pensar cada saque, sabiendo que el último game se servicio siempre es el más díficil, y terminó ganando sin pasar aprietos.

Cuevas estaba buscando hace tiempo esta solidez en su juego. Incluso reconoció a Referí que había sido campeón en el ATP 250 San Pablo sin llegar a su pico de rendimiento, pero despejando las dudas que le habían dejado las eliminaciones en primera ronda de Buenos Aires y Río de Janeiro. En Indian Wells, en superficie rápida, recuperó el juego y la confianza, algo clave para llegar a top a la gira de más puntos en su mejor superficie, como es la europea de polvo de ladrillo en la previa a Roland Garros.