Alonso encontró la fórmula

Diego Alonso se caracteriza por trabajar a destajo en Peñarol. Se podrá decir que los resultados no han sido los mejores, no fue el comienzo que todo hincha –y dirigente– del club esperaba, pero los que normalmente concurren a los entrenamientos abiertos, ven cómo el técnico le hincha el diente a cada una de las líneas del equipo.

En ese contexto, el gran debe del equipo hasta ahora ha sido la defensa. Nunca le habían convertido 10 goles a Peñarol en cuatro partidos en un inicio de Campeonato Uruguayo.

Se podrá decir que no se ha tenido suerte en muchas cosas, como lesiones, temas personales como ocurrió con Joe Bizera la semana pasada, suspensiones como ocurrió durante dos meses con Darío Rodríguez –y ahora habrá una más por la expulsión sufrida ante Racing– y otros temas. Pero también hubo muy pobres rendimientos. Y aún los hay. Para eso también se trabaja.

No obstante, en otra zona determinante como es el mediocampo, Diego Alonso parece haber encontrado la fórmula perfecta como doble 5.

Luego de haberse jugado por otras opciones hasta el partido pasado, se la jugó por la dupla formada por Marcel Novick y Luis Aguiar y ambos futbolistas le respondieron con un gran rendimiento.

Se trata de dos jugadores con estilos diferentes. Aguiar es un hombre con más traslado de pelota, mayor llegada y gol, en tanto que Novick es un todoterreno quien se destaca por ir fuerte y leal a la mayor parte de las pelotas divididas. Es ese jugador que le llega al hincha de Peñarol, el que históricamente se ha aplaudido. No se trata de un virtuoso con el balón ni mucho menos, pero todos los buenos equipos necesitan futbolistas con ese espíritu de lucha.

El pasado domingo contra Racing, Aguiar no solo ayudó en la marca en esa posición de doble 5, sino que tuvo la libertad como para soltarse y llegar con criterio al área rival.

Resultado: fue uno de sus mejores partidos en sus tres pasajes por el club. Hizo dos goles y dio otro para Jonathan Rodríguez.

Eso evidentemente que también se trabaja entre semana. Aguiar busca juntarse con los volantes externos –cuando Alonso manda jugar así– o con el enganche, como sucedió los primeros minutos de ese encuentro del domingo cuando lo hizo con el Tony Pacheco.

Ese es un atributo importante en cualquier jugador: saber discernir en pleno juego de qué manera desplegarse en la cancha.

Eso es lo que le suma esta versión de Aguiar a Peñarol. Por un lado, marca; por otro, llegada y gol.

En eso también tiene mucho que ver su colega de la mitad de la cancha como Marcel Novick.

Porque lo que hace Aguiar, sin el aporte de Novick no lo podría realizar.

Entonces, por el momento, esta dupla es la que mejor funciona en una zona medular de la cancha.

Alonso, como es costumbre, no adelantó nada del equipo, pero volverá a jugar con estos dos mismos hombres en esa zona.

Novick ya está casi totalmente repuesto de sus dos lesiones: una pubalgia rebelde, y una tendinitis encima del tendón de Aquiles.

Aguiar padeció toda la semana pasada una gripe y tuvo que jugar con un frío y una lluvia tremendos. Increíblemente, jugó de la mejor manera.

El técnico de Peñarol está conforme, al menos, con el rendimiento del equipo en esa zona. Y tiene razón. Parece haber encontrado una fórmula fundamental.