Rodney Alexander

Básquetbol > EL JUGADOR EN LLAMAS

Alexander, manos a la obra

Llegó a un Olimpia desahuciado y le cambió la cara a puro doble y rebote
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29 de diciembre de 2016 a las 05:00
"El cielo es el límite" dice el tatuaje en su brazo izquierdo. Rodney Alexander eleva sus ojos para buscarle explicación a lo que se lee en su piel. No es de muchas palabras. Y menos cuando sus compañeros de Olimpia rondan a su alrededor haciéndole todo tipo de bromas.

"Es muy tímido, todo lo contrario a Kyle Lamonte (el otro extranjero del club) que es un personaje. Pero es muy buen muchacho", cuenta Marcelo Sista, asistente técnico del club.

Alexander tiene 29 años, mide 2,01 metros, juega como ala-pívot y llegó al Alas Rojas para la quinta fecha de la Liga Uruguaya de Básquetbol en lugar del venezolano Juan Coronado.

El equipo estaba hundido con cinco derrotas en igual cantidad de juegos. En sus dos primeros juegos (Cordón y Aguada) aportó 46 puntos y 18 rebotes pero las derrotas continuaron.

Pero Olimpia se potenció y así llegaron los primeros triunfos, contra Biguá y Defensor Sporting, dos equipos que terminaron en la fase clasificatoria entre los ocho primeros que disputan ahora la Súper Liga.

Con experiencia en las ligas de Brasil, Ecuador, Venezuela y México –desde este último destino se lo recomendó al club el técnico uruguayo Miguel Andriolo–, Alexander ve su llegada a Uruguay como "un nuevo comienzo, una nueva oportunidad".

"Me gusta conocer nuevos lugares y me gustó mucho lo apasionado que son los hinchas acá. Es una liga muy física, muy dura y todos quieren ganar, cada noche es una pelea", dice a Referí.

"Hasta ahora, la mejor liga en la que jugué es la de Israel, pero la uruguaya también me encanta por la pasión que ponen sus hinchas", recalca.

En Israel jugó en Ramat Gan y Hod Asharon. Su primera salida de Estados Unidos fue a China. Luego pasó por Brasil y de ahí pisó su tercer continente, el europeo, para jugar en Islandia, Alemania y Luxemburgo.

"Islandia no es tan frío como Michigan", explica.

En Benton Harbor, cuidad de ese estado lindero con Canadá, creció Alexander.

"Empecé jugando al béisbol pero me aburría, prefiero el deporte de contacto y como miraba mucho básquetbol por la tele elegí ese deporte en el liceo", recuerda.

Realizó su carrera universitaria entre Oklahoma e Illinois graduándose en "comercio y comunicación". Sin embargo no piensa en un futuro vinculado a esas áreas: "Me gusta el básquetbol, enseñarle a los niños, creo que ahí está mi futuro", dice.

Tras graduarse, en 2009, integró el draft de la NBA D-League, la liga de desarrollo del mejor torneo del mundo. Fue elegido en la séptima ronda por los Sioux Falls Skyforce. "No me gustó esa experiencia, es mucho más política que básquetbol y a mí me gusta jugar. Por eso decidí empezar mi carrera internacional", afirma.

En Olimpia promedia 23,3 puntos en 10 partidos y está segundo en la clasificación de la liga detrás de Anthony Young quien juega desde el arranque del torneo en Larre Borges.

En rebotes ya está primero con 13,1 por delante de los 12,9 de Ricardo Glenn, de Biguá.

"Solo me importa ganar, honestamente no me importan los números mientras ganemos; es a lo que vine, no se trata de mí sino del equipo", dice.

Así también lo ve su entrenador Federico Camiña: "Es un gran profesional, está muy comprometido con el equipo, con sus compañeros y entendió a la perfección la situación en la que estaba el club".

El estadounidense se encargó de responder en la cancha y desde su llegada, Olimpia ganó cinco partidos y perdió cinco.

El clasificatorio lo cerró con triunfos ante Unión Atlética (84-74) y Sayago (82-70), rivales directos ahora en la zona Reclasificación-Permanencia donde los tres últimos perderán la categoría.

Este hexagonal final se abrió justamente con el tercer clásico de la temporada ante Sayago saldado con otro triunfo (85-74).

Alexander tuvo dígitos impresionantes ante el equipo de la vía: 33 puntos y 17 rebotes en el primer duelo y 28-14 en el segundo. En ambos partidos, Olimpia no pudo contar con Lamonte quien retornó a Estados Unidos por un problema familiar.

"A los dos nos gusta anotar, es como un hermano grande para mí. Yo ya soy grande, pero él es más viejo que yo", dice con una sonrisa. La última del día. Porque llega la hora de entrenar y para Alexander eso es cosa seria.

La frase

"Su característica principal es la intensidad porque es un jugador que juega como entrena y nos aporta muchísimo tanto en la faz ofensiva como en la defensiva".
Federico Camiña, entrenador de Olimpia

Dos primos en la NBA

Alexander tiene seis hermanos y dos hermanas y dos primos basquetbolistas que llegaron al mundo de la NBA. Uno es Wilson Chandler, alero de Denver Nuggets que en 2010 fue parte del intercambio que permitió la llegada de Carmelo Anthony a New York Knicks. El otro es Anthony "Pig" Miller, un pívot que jugó ocho temporadas entre Los Angeles Lakers, Atlanta Hawks, Houston Rockets, Philadelphia 76ers, y que alternó su carrera en Asia, Europa, México y Puerto Rico. "Wilson sigue haciendo dinero mientras aquí estoy yo", dice con una sonrisa sin afán irónico.

Las cifras

Alexander lleva jugados 10 partidos y en ocho alcanzó dobles dígitos en puntos y rebotes. Promedia 23,3 en puntos y 13,1 en rebotes.
El ala-pìvot jugó junto a Kyle Lamonte ocho partidos (Lamonte no estuvo en los clásicos ante Sayago) anotando entre ambos 345 puntos (172 el primero y 173 el segundo), el 55% de Olimpia en esos partidos.

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