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Alcoholismo en el fútbol uruguayo: la copa que nadie quiere levantar

El alcoholismo, un tabú en el deporte, volvió a estar en la mesa a raíz del caso Jonathan Rodríguez. El Observador consultó a varios profesionales sobre cómo se trata el tema en los clubes locales
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03 de febrero de 2015 a las 20:28

Mientras los otros no tomaban, yo tomaba. Y si tenía que tomar un vaso de vino medio de corrido antes del partido iba y tomaba. Una cosa que a mí no me cambiaba nada”. La frase es del exfutbolista Fabián O’neill, quien tras colgar los botines a los 29 años, reconoció su problema de alcoholismo con el que cargó a lo largo de su carrera.

Su nombre volvió a aparecer luego de la polémica ocurrida a raíz de las declaraciones del periodista Jorge Da Silveira, al decir que el futbolista Jonathan Rodríguez es “un muchacho que bebe”, lo que generó polémica y casi deja al futbolista sin su ansiado pase al fútbol europeo.

La novela sobre el pase y el juicio sobre la actitud periodística en ese caso concreto hizo que quedara en segundo plano un tema tabú: el alcohol en el fútbol, y como responde el deporte a los problemas de alcoholismo de sus protagonistas. El Observador consultó a distintos profesionales para conocer cómo influye la bebida en las canchas y vestuarios del balompié local.

Parte de la sociedad

Médicos y psicólogos vinculados a planteles de clubes y las selecciones uruguayas coincidieron en que lo primero a tener en cuenta al hablar del alcohol en el fútbol es que los jugadores forman parte de la sociedad y que, por eso, no están exentos de vicios.

“Los futbolistas son personas y por lo general están en una edad joven en la que el consumo del alcohol es común”, dijo a El Observador el psicólogo deportivo Gabriel Gutiérrez, quien trabajó en selecciones uruguayas y hoy está en Juventud de Las Piedras.

Por su parte, el doctor José Veloso, jefe del Control de Dopaje de Organización Nacional Antidopaje del Uruguay, dijo que el alcohol “es una sustancia social muy difundida y su acceso es mayor”.

Agregó que si bien no está prohibido para los controles antidopajes en el fútbol, si está prohibido que un futbolista ingrese alcoholizado a jugar. “Si el deportista estuviera afectado por el alcohol y tuviera que entrar en competencia, la norma indica que el árbitro es el que le permita o no formar parte del espectáculo”, indicó.

“No es un problema”

En el fútbol uruguayo, los casos de jugadores que beben no dan para alarmarse, señalaron los expertos, aunque el tema es difícil de medir y también significa un tabú: muchos de los consultados para este informe prefirieron no ser mencionados públicamente. “Creo que dentro de Sudamérica, en Uruguay estamos muy bien. Hay muchos países en los que el consumo –por lo que me han contado colegas– es muy grande y es un problema. Acá el alcohol no es un problema en el deporte, excepcionalmente sí”, dijo Gutiérrez.

“Es bastante poco frecuente el tema del alcoholismo. Cuando hablamos del alcoholismo hablamos de un problema, no del consumo social de uno o dos vasos de cerveza el fin de semana, que muchos jugadores lo hacen pero no afecta de forma significativa su rendimiento”, explicó.

El psicólogo sostuvo que cuando sale a luz la situación de algún futbolista, el tema cobra impacto por el hecho de que los jugadores son figuras públicas. Las salidas en la noche también juegan en contra de los deportistas.

“Salir habría que pensarlo, y salir y beber ni te cuento”, comentó. “Los ven con un vaso en la mano y hay mucha animosidad. El futbolista es protagonista, tiene el Yo expandido, lo quiera o no lo quiera. Tiene que asumir que es una figura pública. Y cuando sale, van a decir que lo vieron bebiendo. Algunos van a decir que estaba bebiendo y muchos vasos de cerveza. Entonces, obviamente que lo más aconsejable es salir lo menos posible y no beber”, señaló.

Borracho en el entrenamiento

Ya retirado, O’Neill reconoció en varias ocasiones que fue a entrenar borracho, tras largas noches de alcohol. Actualmente, un jugador podría hacerlo una vez sin ser percibido por su entrenador o compañeros, pero no de forma reiterada. Así lo entiende Gutiérrez.

“No quiere decir que no haya consumo de alcohol por los futbolistas, que seguramente lo hay, pero es una ecuación bastante condenada al divorcio la del deportista con el alcohol, porque no se puede sostener”, dijo. “De repente, en una edad temprana, seguramente las trasgresiones son más frecuentes, pero en la medida que el deportista se va insertando en el circuito profesional, estaríamos hablando muy mal de un entrenador o un profe que no se dé cuenta que tiene un futbolista que está excedido. Hoy, con las pruebas o si le mirás la cara al jugador, te das cuentas si un futbolista está mal. O ellos mismos lo reconocen y lo dicen”, señaló.

Muchas veces son los compañeros quienes, en busca de lo mejor para un equipo, identifican al jugador que tiene problemas con el alcohol y lo encaran para buscar una solución para todos, reveló a El Observador otro profesional.

Una vez detectado un jugador con problemas con el alcohol, hay distintas formas de tratarlo. A veces de forma grupal, con referentes del equipo y el psicólogo, o a veces de forma individual con el especialista. En los clubes que no cuentan con un profesional, el entrenador muchas veces toma la voz para ayudar a su dirigido.

“En mi caso me ha tocado más el encare individual que grupal. El entrenador o el propio jugador te dice ‘me dejó mi novia y estoy tomando lo que no debo, ayudame’. Esas situaciones a veces pasan. Por lo general son niveles de alcoholismo incipientes que al tratarlos a tiempo son realmente recuperables”, dijo Gutiérrez.

Prevenir desde chicos

Otro punto en el que coincidieron los expertos consultados es el del trabajo que los clubes deben organizar con sus futbolistas juveniles para informar sobre los peligros del alcohol.

“Hay que empezar desde abajo. Lo mejor es ayudar a la persona con la correcta información y respaldarla, enseñarle a que vaya a buscar la información”, dijo Veloso. “En las instituciones el trabajo tiene que estar integrado en el cuidado de la salud del individuo”.

En tanto, José Iroldi, médico de Defensor Sporting, contó que año a año se producen charlas con los jugadores de formativas. “Se los mantiene informados del tema del alcohol, las drogas y los controles a la hora de las medicaciones”, señaló el doctor, quien indicó que “por suerte” no ha tenido casos.

Por su parte, Gutiérrez destacó que los jugadores uruguayos son muy profesionales con respecto a los cuidados. “Más allá de los casos puntuales y excepciones que hay en el fútbol, el jugador de fútbol es una persona muy sana dentro del entorno que tenemos hoy en día en la sociedad. Quiebro tremenda lanza por los futbolistas en ese sentido”, concluyó.


"No concibo a un profesional de alto rendimiento que tenga en su dieta al alcohol. En la alta competencia, el alcohol, por lo pronto, genera la aparición de calambres. Un vaso de vino o de cerveza diario ya lo genera”
José Veloso
jefe del Control de Dopaje de la Organización Nacional Antidopaje del Uruguay

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