Nacional volvió a tener un partido cuesta arriba y Gustavo Munúa tuvo que abrir su abanico ofensivo para salir a buscar el partido que, a diferencia de lo que ocurrió en el Parque Viera cuando cayeron ante Wanderers, ayer le dio resultado y logró imponerse ante el humilde Plaza Colonia en la hora, de la misma forma en que le habían ganado a River Plate en la anterior presentación de los albos en su casa por el torneo Apertura.
Esta vez, el entrenador cambió el sistema desde el arranque. Dejó el 4-2-3-1 y puso una figura más cercana al 4-3-3 (figura A), con Gonzalo Porras como volante tapón, Santiago Romero a la derecha y más adelantado, en la misma línea que Ignacio González, a la izquierda.
Por 25 minutos, Nacional fue dueño de la pelota ante el conjunto de Colonia que esperó en su sector. El nuevo dibujo en el medio tenía pro y contras: Nacho le daba juego al argentino Alejandro Barbaro y a Alfonso Espino por la banda izquierda, mientras que Romero por la derecha intentaba mandar pases largos al área, algunos bien dirigidos pero varios largos, sin que llegaran a sus compañeros.
De a poco Plaza empezó a soltarse y pasó a jugarle de igual a igual a los albos. El equipo de Eduardo Espinel adelantó sus líneas y tuvo llegadas. En el fondo, los dos zagueros controlaron muy bien a Iván Alonso, sin dejarlo recibir. Además, el medio comenzó a cerrarle los huecos a González y a Porras, los creadores del juego tricolor. Incluso los "patas blancas" pudieron abrir el marcador en un par de ocasiones de contragolpes, que no culminaron de la mejor forma.
Los tricolores estaban sin rumbo en la cancha. Munúa probó con el cambio de banda a sus puntas pero esta vez la modificación no surgió efectos. Tanto Barcia como Barbaro se sienten mejor en sus puestos naturales para enviar centros y hasta el momento no han demostrado ser efectivos con el perfil cambiado.
Al no dar resultados esas alternativas, el entrenador tricolor comenzó a gastar todos sus recursos defensivos en pos de los tres puntos. La primera variante que realizó fue la de Rodrigo Amaral –quien es el primer cambio ofensivo del DT cuando debe salir a buscar el partido– por Barcia. Esta vez el juvenil se colocó como punta por la derecha y no como volante, como había ocurrido en las anteriores presentaciones.
Sin novedades, Munúa mandó a la cancha a Sebastián Abreu en lugar de Romero. Por primera vez, el entrenador tuvo en cancha a sus dos delanteros de área: el Loco y Alonso. ¿Cómo los paró? El minuano quedó más adelantado y el goleador se retrasó unos metros, aunque ambos llegaban al área.
Plaza mandó a Darío Gerlo para controlar a Abreu y de poco se fue metiendo cada vez más en su arco.
Para darle más asistencia a sus atacantes, Munúa colocó a Leandro Otormín para que desbordara y metiera centros desde la derecha, y Nacional terminó parado con un 4-4-2, modo con el que llegó al gol en otro agónico y trabajado triunfo.
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