"Queremos volver a ser un equipo alegre", dijo ayer Gustavo Munúa en la conferencia de prensa.
Nacional llega al partido contra Liverpool, por la última fecha del Clausura, con dos derrotas (Danubio y Rentistas) y la eliminación de la Copa Libertadores por penales. Es hora de sacudir la mufa.
Y para empezar a cambiar la suerte (aunque sea en la última fecha del Clausura) ayer el técnico recibió una buena noticia: Diego Polenta y Kevin Ramírez pudieron integrarse con normalidad al movimiento de fútbol que se realizó a puertas cerradas en el Parque Central.
El capitán tenía un leve esguince de rodilla que no le permitió jugar contra Rentistas y tampoco hizo el movimiento táctico del miércoles, en el que fue sustituido por Sebastián Eguren.
Ramírez, en tanto, se recuperó de un desgarro de aductores. Jugó por última vez el 12 de mayo, en la ida contra Boca. Se perdió la revancha frente a los xeneises, el clásico, Danubio y Rentistas.
Es probable que también Nicolás López pueda estar a la orden en el cierre del torneo. El Diente trabajó normalmente en los últimos días, aunque ayer no integró el once inicial. El delantero sufrió una tendinitis de rodilla el 8 de mayo contra Racing y aunque después jugó 37 minutos en la ida y 16 en la vuelta contra Boca, no estaba en las mejores condiciones.
El que está más complicado y seguramente no va a estar a la orden es Sebastián Fernández, quien sufrió un fuerte golpe en el último partido. A su posible baja hay que sumar las seguras ausencias de Jorge Fucile y Mauricio Victorino, quienes están en la selección.
El once inicial que entrenó con miras a Liverpool incluyó a los juveniles Marcio Benítez y Rodrigo Amaral en el ataque. Uno por Fernández y el otro por Gamalho (que había sustituido a López). El brasileño no cumplió con las expectativas y se irá del club al final de la temporada.
Nacional mantiene una pequeña esperanza de meterse en la definición del Campeonato Uruguayo. Para eso debe ganarle a Liverpool y esperar una derrota de Peñarol. De esta forma, terminarían igualados en la Tabla Anual y jugarían un clásico de desempate.
"Estamos enchufados en volver a tener protagonismo, encontrar juego, ser un equipo alegre y ganar este sábado (hoy). Será complicado, pero hay una pequeña chance (en la Anual). No dependemos de nosotros, pero es importante ganar porque todo puede suceder; además está la Copa Libertadores en juego. Cuando se tenga que hablar, se hablará", manifestó Munúa.
El resultado del partido de mañana determinará si del futuro del técnico se habla más tarde o más temprano.