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Advierten “falta de prudencia” del gobierno ante viaje de Mujica a Caracas
El viaje a Caracas del presidente José Mujica para participar en un acto en apoyo al gobierno del reelecto presidente Hugo Chávez, quien este jueves 10 de enero debería asumir la presidencia, pero no lo hará por encontrarse internado en grave estado en Cuba, es considerado por analistas y políticos uruguayos como inconveniente y poco prudente.
“Yo creo que hay una cuestión básica: Uruguay lo que debe hacer en esencia es defender sus propios intereses y sus propios intereses pasan por no tomar actitudes que en el fondo son un intervención en asuntos doméstico de otros países”, dijo a El Observador el experto en política internacional, Álvaro Diez de Medina.
La asunción o no de Chávez en la fecha señalada sumió a Venezuela en una crisis constitucional, en el que la oposición reclama que el presidente del Parlamento, Diosdado Cabello, sea quien asuma interinamente en su lugar. Por su parte, el chavismo sostiene que el reelecto presidente puede asumir cuando se recupere, sin que ello implique un “vacío de poder”.
Este miércoles el Tribunal Supremo de Justicia interpretó el artículo 231 de la Constitución y expresó que el gobierno venezolano actual podrá continuar el ejercicio de sus funciones más allá del 10 de enero hasta que Chávez pueda juramentar formalmente el cargo.
“La actitud del gobierno uruguayo es tomar partido en ese debate interno de venezolano”, señaló Álvarez de Medina, al tiempo que manifestó: “No me sentiría cómodo si los venezolanos estuvieran tomando la misma actitud frente a una controversia constitucional uruguaya”.
El senador nacionalista Sergio Abreu dijo a El Observador que ante una situación así, “Uruguay no debe hacer nada. Los temas internos de Venezuela son los temas internos de Venezuela. (El país) tiene sus Constitución y la aplica cuando falta el presidente, cuando se enferma, lo que sea”.
El senador que apoyó con su voto el viaje de Mujica a Caracas explicó que lo hizo “en el entendido que el presidente iba a una ceremonia oficial o a hacer una visita personal. Si va a un acto político, ya es otra cosa. No era precisamente el espíritu que me animaba a votarlo”, manifestó. “Estoy en contra de cualquier tipo de intervención o de injerencia en los asuntos internos de otros estados (…) El presidente de la República no puede tomar partido por ningún tipo de sector, ni ninguna organización política en otro país. Si va a hacer un acto político, eso ya está fuera de la Constitución”, acotó.
Lo mismo opinó Diez de Medina: “El hecho de que Uruguay oficialmente tome una actitud (…) es una posición de injerencia en una cuestión doméstica. El gobierno uruguayo cuando toma ese paso asume un riesgo”, expresó. “Yo supongo que la administración de Mujica lo que hizo fue pensar que frente al respaldo popular de la elección de octubre, el régimen que va a suceder al chavismo va a contar con la misma legitimación y está apostando a que esa injerencia uruguaya sea premiada en el largo plazo”, señaló.
“Pero si la situación no fuera así, si hubiera algún reacomodo político que termine perjudicando la posición política del chavismo, se dejaría en evidencia ante el régimen que lo suceda, la posición de injerencia uruguaya”, explicó el analista. “Me parece que en este caso se actuó como de costumbre con falta de prudencia”.
