A Peñarol no le salió ni el tiro del final

“Estás desorientado y no sabés qué trole hay que tomar para seguir”. Así comienza el tango “Desencuentro” y el mismo puede resumir el momento que vive Peñarol.

Es que ni siquiera jugando su mejor partido en lo que va del Apertura con 25 minutos muy buenos de entrada, ni cuando va ganando tranquilo 1-0 a un rival de cuidado como Danubio, ni así puede no ya llevarse la victoria, sino que además, otra vez se fue derrotado.

Tenía todo para ganar. Dominaba, ganaba en velocidad y en ductilidad de manejo a un gran rival que buscó el arco en todo momento. Solo faltaban 11 minutos para el final del partido. Pero otra vez aparecieron los fantasmas, la baja producción de la defensa y en 3 minutos todo se desmoronó.

Antes hubo un punto de inflexión que le costó carísimo. A los 66 minutos se fue expulsado el Japo Rodríguez. Allí comenzó la noche para Peñarol. Porque además, llegaron dos cambios para tratar de arreglar al equipo. Pero el técnico Diego Alonso se equivocó en sacar a Zalayeta quien había jugado su mejor fútbol en estas cinco fechas.

Los 10 que quedaron, a partir de allí, llegaron solamente una vez con un tiro de Albín desde lejos. Nada más.

Claro, el rival tenía un hombre de más, pero el hecho de no llegar, a Peñarol también lo complicó muchísimo.

Danubio creció en su juego y le hincó el diente aún más a una defensa que es la más goleada del campeonato al haber recibido 12 goles, algo histórico en Peñarol y que nunca había sucedido en tan pocos partidos.

Las dificultades que presenta el equipo de Alonso son defensivas y no de ahora, sino que es algo que se ve desde que comenzó el campeonato.

Danubio había avisado en varias ocasiones. En dos de ellas, Danilo Lerda mostró sus excelentes reflejos. En otras dos, lo ayudó el palo en sendos tiros libres de Pablo Lima, quien debió haberse ido expulsado por doble amarilla, pero el juez lo dejó en la cancha. Algo similar había hecho con Gonzalo Viera en los aurinegros.

¿Qué le pasa a Peñarol? ¿Le hacen un gol y se desmorona? ¿Puede suceder que en un córner se duerman en las marcas como sucedió en el empate? ¿Le pueden hacer dos goles en tres minutos? ¿Falta confianza en los jugadores? ¿En qué tiene que trabajar más Alonso? ¿En lo futbolístico o en lo anímico?

Son todas preguntas que a esta altura tienen respuesta y que el propio Alonso las sabe.

Danubio no jugó al nivel con el que le ganó a Nacional el pasado sábado. Igualmente, se llevó tres puntos de oro y mostró que tiene chapa de candidato al título.

Hacía seis años que los franjeados no le ganaban en fechas sucesivas a los dos grandes. No es para cualquiera.

Además, engrandece aún más la victoria el hecho de que no pudo jugar su principal figura, Fabián Canobbio, desgarrado, ni tampoco contó en el banco con Sergio Leal, lesionado. Por si faltaba algo, en el partido se lesionaron Emiliano Velázquez, Camilo Mayada y Pablo Míguez. Y así y todo, se llevó tres puntazos de atrás.

Otro Nacho González es el dueño del fútbol de Danubio. Un gurí de Paysandú, de apenas 19 años. Atrevido, encarador, fue la figura y dejó dando vueltas a Albín en la jugada del segundo gol.

Otro botija, este de 17 años, y llamado Hugo Sequeira, fue el que puso todo aún más oscuro con el 2-1 en lo que significó su primer gol en Primera división. Justo ante un grande y en el estadio. El sueño del pibe.

Peñarol hoy es como termina ese tango: “Por eso en tu total fracaso de vivir, ni el tiro del final te va a salir”.