Jorge Da Silva es quien lo manejó desde el final de la temporada pasada: si bien la Copa Libertadores es atractiva y siempre es un sueño, “es traicionera” desde el punto de vista que a un club le puede ir muy bien en la fase de grupos, pero después, a la primera de cambio, puede quedar por el camino. Y si en el mismo dejó escapar el torneo local, todo el trabajo se va por la borda.
Por eso, el técnico de Peñarol tiene muy claro que lo primordial es ganar el Campeonato Uruguayo. No se encandila con las luces. Al menos, hasta ahora.
Y apuesta a ganador con un plantel que se conoce bastante, que tiene recambio y que, pese a no mostrar maravillas en la cancha, empezó a ganar en este Torneo Clausura ante un rival que por momentos lo complicó, lo que no es poco.
Entonces, luego de los dos puntos que dejó por el camino ante Fénix en el debut, con los tres que sumó el domingo le sacó siete puntos a Nacional en la Tabla Anual, es decir, tres más que cuando comenzó el Clausura.
Está muy claro que Defensor Sporting siempre está allí. Siempre agazapado, siempre busca y a veces encuentra. Los violetas ganaron con un hombre de menos y se mantienen a solo dos unidades de la punta.
Eso es lo que le da más relevancia aún a la victoria que consiguió Peñarol el domingo.
Es verdad que recién comenzó el campeonato y que falta mucho, pero es necesario que el equipo de Da Silva continúe por este camino de triunfos teniendo en cuenta la doble actividad que tiene.
Defensor, en cambio, tiene todas las fichas en este Clausura, ya que no afronta ninguna actividad internacional porque fue eliminado por Olimpia en la primera fase de la Copa.
Y ese tampoco es un tema menor.
De todas maneras, Da Silva es el primero en darse cuenta que al equipo aún le falta fútbol. Más allá de la enorme competencia que tiene por estos días entre Copa y Clausura, la oncena no funciona como lo hacía en el Apertura pasado.
Lo bueno que sí ha mostrado este equipo en la cancha es que sabe reponerse a los avatares, sobre todo, a las lesiones o suspensiones.
Sin ir muy lejos, el domingo se fue lesionado Miguel Amado –que a su vez había sustituido para este compromiso a Sebastián Cristóforo por otra lesión– y lo reemplazó Ignacio Nicolini.
Algo similar se puede decir de la salida de Darío Rodríguez, bien suplantado posteriormente por Damián Macaluso.
Tampoco estuvo a la orden por suspensión Matías Aguirregaray y en su lugar, el Polilla colocó a Sebastián Gallegos quien también respondió con creces. Es decir, el plantel sabe manejarse en la cancha, lo que le falta es contar con la contundencia que tenía antes.
En ese sentido, Juan Manuel Olivera ha tenido partidos en los que definió bien –o muy bien como ante Fénix de media chilena– y otros como el domingo en los que vagó adelante siendo una máquina de marrar goles. Son rachas, aunque el goleador siempre está ahí y no se muestra intranquilo.
La gran apuesta de este Peñarol versión 2013 del Polilla Da Silva, es ganar el Uruguayo y en ese contexto, sigue bien arriba en la Tabla Anual luego de haber conseguido el primer campeonato de la temporada. Es el gran desvelo aurinegro.
Haberle sacado una diferencia de siete puntos a Nacional no es un tema menor. Pero todavía resta mucho, los tricolores pueden encontrar el rumbo y Defensor Sporting –y el sorprendente El Tanque Sisley– dan mucha pelea. Por ahora, la Anual es manya.
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