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A 10 años del ciclón extratropical: ¿cómo afectó al deporte?
Gonzalo Maulella tenía 21 años en 2005. Integraba el plantel principal de Defensor Sporting, pero el 23 de agosto de ese año quedó afuera de los convocados por el técnico Juan Tejera para enfrentar a Danubio en el Parque Central por la Copa Sudamericana. Observó el partido desde un palco y al final se fue al estadio Luis Franzini a esperar a Maximiliano Pereira. Era vecino del "Mono" en Solymar y todos los días se iba con él. Pero esa noche terminó en una clínica, con pérdida de conocimiento.
Esteban Conde no era el golero titular de Danubio, pero aquel día frente a Defensor tuvo que jugar porque se lesionó Luis Barbat. La franja llegó con ventaja al encuentro. En la ida venció 3-2 a Defensor en el Franzini y empezó ganando 1-0 la revancha en el Parque. Todo estaba a su favor, hasta que se desató una de las tormentas más devastadoras en la historia de Uruguay y de la que hoy se cumplen 10 años.
Los meteorólogos la calificaron de ciclón extratropical. La lluvia y el viento que en ocasiones alcanzó los 200 kilómetros por hora hacía imposible practicar cualquier deporte. Pero el partido entre Danubio y Defensor no se detuvo, pese a que la luz se cortó dos veces.
El árbitro era Olivier Viera, quien recordó que "la única situación atípica era la intensidad del viento y el frío. No había tormenta eléctrica ni se inundó la cancha, ni peligro para los jugadores". Por eso siguió el juego.
Al final del partido que terminó ganando Defensor 3-1 y clasificando a la siguiente fase, los jugadores de Danubio, al borde de la hipotermia, se metieron vestidos bajo la ducha caliente y Cafú Barbosa se desmayaba a causa del frío.
Viera pudo hacer el formulario media hora después del final: "Los dedos no respondían. Durante el partido no notamos la magnitud de la tormenta, los carteles no se volaban".
"Ligué mal" recordó Maulella. "Mientras esperaba que se bañara el Mono, ayudaba a sacar los autos del estacionamiento del Franzini porque estaban abajo de los árboles y se le caían las ramas encima. De pronto, se me cayó una en la cabeza y me olvidé de todo" dijo el futbolista a Referí.
Perdió el conocimiento y aunque se recuperó, lo trasladaron a una clínica para que le hicieran una tomografía.
Conde, actual golero de Nacional, no se olvida de aquella noche. "Arrancamos ganando 1-0 y era difícil que en condiciones normales nos dieran vuelta el resultado. Pero después fue todo irregular. Se cortó la luz y tuvimos el viento en contra en el primer tiempo y también en el segundo, porque cambió de sentido. Era imposible salir del área. Sacaba del arco y le pelota no salía. Además, la lluvia se metía entre los ojos".
Se acordó de un remate de Taborda: "tiró un tanteo desde la mitad de la cancha y la pelota agarró velocidad y pegó en el travesaño". Y agregó: "Estábamos ahí por inercia, no daba ni para pensar en pedirle al juez que lo suspendiera". Aquella tormenta mató a 10 personas.
Destrozos por US$ 5.000 en el Viera
Un árbol destrozó el muro perimetral del estadio de Wanderers y a punto estuvo de tirar las cabinas. A raíz de eso el conjunto bohemio tuvo que trocar derechos de local y jugar algunos partidos en el Capurro.
Club de golf del Cerro
Más de 400 árboles cayeron en distintas canchas de golf; algunos tenían más de 80 años. En el Cerro los socios hicieron una colecta de US$ 100 para cubrir gastos.
Despedazado el tablero del Centenario
El placar y las torres de iluminación sufrieron el viento. Todo estaba asegurado en US$ 80.000. El tablero no se arregló para el partido Uruguay-Colombia jugado 12 días después por las Eliminatorias y se tapó con una bandera.
Actitud solidaria de El Tanque
En el estadio Víctor Della Valle, de El Tanque Sisley, se desplomó un muro. Igualmente el club tuvo una acción solidaria y amparó en el lugar a unas 20 personas que habían sufrido el temporal.
